¡Pfff! Tu vaso tiene mucha espuma, chaval…

Toda la cerveza hace espuma, toda… Peeeero, la cuestión aquí es lo que dura ahí en nuestros tarros, vasos o copas (sí chamaquillos, la cerveza también se toma en copa, en copa para cerveza), en pocas palabras, la ‘estabilidá’ de la espuma.

Por supuesto, yo también he sido de los que no permiten que, al servir una cerveza, haga espuma porque según yo quiero demostrar que domino la forma de servir esta bebida, lo cual es un gravísimo error, pero poco a poco he ido descubriendo que un gran cúmulo de burbujitas es un gran recubrimiento para una gran cerveza, por eso en las fotos publicitarias todas las cervezas tienen espuma, hasta las que no me gustan… (risas de fondo).

Regularmente las cervezas caseras, artesanales o finolis, tienen mejor espuma que las comerciales, supongo que es porque las hacen con más cariño, para eliminar este ‘estorbo’ se requieren de muchos procesos físicos, químicos e industriales para que no aparezca y sobresalga de nuestros tarros evitando ‘sorberle’ cuando casi se nos tira y nuestros amigos dicen ¡Tómale, tómale, tómale!.

Entender el ¿Por qué? en ocasiones tenemos ¾ de vaso lleno de espuma y en otras no, es algo complicado pues tendríamos que hablar del dióxido de carbono que se encuentra disuelto en la cerveza, temperaturas, presión y muchos otros factores físico químicos que actúan directamente sobre el líquido. La cerveza es una bebida Bioquímicamente compleja y su espuma abundante y consistente es gracias a una mezcla bien carbonatada y su permanencia depende de la viscosidad del líquido, lo que llamamos vulgarmente como ‘cheve espesota’.

A lo que voy con toda esta verborrea, es que la calidad de la cerveza dependerá en gran parte de la calidad de la cabeza de espuma que se le forma. Una cerveza común y corriente, sobre todo corriente… de esas que encontramos en todos los restaurantes y tienditas (sin agraviar), están carbonatadas artificialmente para ahorrar tiempo en fermentación, lo que les quita ese ‘cariño’ y atenciones que los maestros cerveceros y artesanales le dan a sus mezclas,  por eso las cervezas comerciales sin cuerpo, aroma y sabor débil no hacen mucha espuma y sirven, tal vez, para enjuagarse la boca en caso de que no haya agua por lo menos en 30 millas a la redonda.

Hace rato me tomaba una texana Lone Star, que no sabe mal pero su espuma es muy débil, y me despido de ustedes bebiendo una Samuel Adams Black Lager, esa sí hace espuma, pero nunca se va a comparar con la ‘cabeza’ o ‘corona’ que nos ofrece una Guinness… Arrodilladse ante ella.

¡Salud!

 

PD: A la próxima que sirvan una chelita en tarro, vaso o copa, dejen salir la espuma, obsérvenla, huélanla y tomen el tiempo a ver cuánto se tarda en disolverse y hasta notarán que les sabe diferente.

 – Sir Playmo de Yorkshire

@capitanudillos

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