¡La mezcla que vino del mar!

El legendario clamato.

Olvidémonos un momento de marcas, etiquetas internacionales, pubs, cervezas con granos de café, toronja o hasta cervezas sabor fresa, concentrémonos ahora en los maravillosos Clamatos, cuyo origen desconozco pero se rumora que nacieron entre Mexicali y el Sur del estado de California.

A través del tiempo, me he topado con varias mezclas de bebidas con cerveza, unas agradables, otras no tanto y algunas más bastante exóticas y nada antojables. En lo personal, la que más me agrada es el clasiquísimo Clamato con cheve. Ni la michelada, ni la chelada, ni otros derivados de estas mezclas me agradan tanto. Sobre todo, los sábados o domingos por la mañana, supongo que saben a lo que me refiero…

Un clamato y la mano de Silvia.

Nada tan agradable después de una noche intensa o simplemente para complementar el calorcito del medio día a solas o con los cuates, que una buena chelita con todos los componentes que conforman esta deliciosa preparación (cerveza, jugo de tomate con almeja, sal, limón, pimienta, salsa inglesa, el mítico jugo Magii, entre otros ingredientes); tiene la cualidad y la magia de levantarle el ánimo a cualquiera, además, saborear ese primer trago es… ¡Ufff!, de esas pequeñas cosas que tanto se disfrutan en la vida.

Vista desde el auto, del Servicar de Los Pelones.

En Aguascalientes les llaman ‘Gringas’ (no confundir con el taco regiomontano hecho con trompo, aunque no estaría nada mal pedir ‘una gringa y una gringa, joven’), en Torreón los conocen como ‘Clamacheves’ y un amigo del buen Pepe Chuy, dice que en la Plaza de Toros del DF les llaman ‘Chelatos’. La cuestión aquí es que todos llevan jugo de tomate con almeja y cheve, como ingredientes principales, y los más deliciosos que he probado son los de El Pit-Sin, en Fresnillo, Zacatecas y los de Los Pelones, en la pintoresca y peculiar colonia Independencia de Monterrey, Nuevo León, acá en México, donde los llaman simplemente ‘Clamatos’; ¡Ah! y bueno, los de mi amigo Gochi, pero es más probable que puedan probar los dos anteriores, si son más micheleros, les recomiendo las Micheladas de Mariscos El Rocky, en la ciudad de Zacatecas, bastante buenas y eso que no me inclino tanto por las micheladas… Pero bueno, no nos desviemos del tema, en Centrito, allá en San Pedro, existe un sitio más pop llamado La Clamatería, para toda la gente pop de la zona que quiera disfrutar una de sus tantas opciones con clamato; ahí no los he probado, así que no me hago responsable de los resultados.

Un auténtico clamato de Los Pelones, con camarones vivos.

No se a ustedes, pero en lo personal ¡No me salen! Años intentándolo y por más que le he movido, ¡Nada! Nunca llego al toque de otros lugares, creo que cada quien le pone ese ingrediente especial que los diferencía, como los camarones vivos de Los Pelones, según mi amiga Dee.

Para la cruz, para la plática, para el calor o por el simple hecho de disfrutarlo, un buen clamato nunca le cae mal a nadie (salvo a aquellos que tengan alergia a los productos marinos o definitivamente no les guste consumirlos). También los considero bastante efectivos si es que se quiere tomar tranqui, porque llevan una cantidad moderada de cerveza, que ya mezclada con todo el menjurje, es mínima.

Con un litro ya estás bien servido, por lo que hasta podría considerarlo hasta como alimento… ¡Mentir! Haha, una cosa es la beberecua y otra comer, así que por favor, aliméntense bien y acompañen un delicioso clamato con los platillos adecuados, con mariscos por ejemplo (Si fueran yo, lo acompañarían con ceviche… ¡Uff!) o los incluirían en su repertorio de bebidas en una tarde/noche de carne asada, como mis amigos regios y fresnillenses.

Si se sienten exóticos de repente, apliquen la de el Green del DF, el que está en la colonia Nápoles, porque ahí si piden un clamato, es necesario pedir también un deliciosísimo Tory Roll, un rollo de sushi exclusivo del lugar preparado con pollo,camarón, chiles toreados y queso manchego, un gran invento del hombre mexicano, bastante bueno.

¡Caramba, carambita, carambola! De tanto escribir y pensar en esto, ya se me antojó… Habrá que hacer algo al respecto.  Mientras tanto ustedes no se olviden de mi y preparen unos clamatillos el fin de semana; o si viven en Monterrey o Fresnillo, vayan a los lugares que les mencioné, una verdadera delicia. Y si están disfrutando de estas maravillas y se acuerdan de mi, el viejo y sucio Playmo, pues invitan, no sean mala onda.

PD. Si tienen alguna receta básica de preparación de clamatos, con algún ingrediente especial o poco convencional, no duden en hacérnosla llegar a nuestra página de Facebook o por Twitter, con gusto haremos esas mezclas a ver qué tal.

– Herr Playmo von Freuschland

@capitanudillos

5 thoughts on “¡La mezcla que vino del mar!

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