Hoy les traemos a TheBeerDaily.com una colaboración más de nuestros amigos de la Cámara Nacional de la Industria de la Cerveza y la Malta (CANICERM), esto sobre el interesantísimo tema del maridaje cervecero, que lo disfruten.
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Bien concertada y grata variedad de sonidos, medidas y pausas que resulta en la prosa o en el verso por la feliz combinación de las sílabas, voces y cláusulas empleadas en él. No podría ser más agradable la definición que la Real Academia Española nos ofrece para la palabra “armonía”. Definición que bien pudiera ser utilizada en una serie interminable de contextos. Sin embargo, su uso gastronómico es casi inevitable. La armonía entre alimentos y bebidas es capaz de provocar a través de aromas, sabores y texturas, una feliz combinación a partir de cada uno de los ingredientes utilizados en ella.
Armonizar alimentos, esto es, maridarlos, es una de esas actividades tan gratas que pueden ser, al igual que la música, inolvidables, evocadoras de sentimientos, recuerdos, y agradables momentos. Y una gran bebida para hacerlo es sin duda la cerveza. Y es que la cerveza posee tantas variedades como la riqueza misma de sus ingredientes y procesos. Esta amplitud le permite atender de maneras tan diversas y en ocasiones insospechadas, la unión con una asombrosa multiplicidad de alimentos.
La cerveza es capaz de invocar elementos frutales, herbáceos, maderosos, de numerosos cereales, e incluso elementos como el café, el cacao, cardamomo, nuez, caramelo y chile. Por ello, la cerveza aparece con un inigualable espacio para el maridaje. Desde las comidas con combinaciones clásicas con la cerveza, como aquellos cuyo ingrediente principal es el jitomate, hasta escabeches, moles, sushi, e incluso alimentos picantes y postres. Tiramisú, ceviche, Crème brûlée, curry, mango, chocolate amargo, quesos, atún, arrachera, pollo picante, crustáceos, hashimi… todos pueden ser casados de manera perfecta con esta bebida.
La regla general para unir esta casi interminable lista de alimentos con la cerveza es encontrar similitudes y promoverlas, identificar opuestos y balancearlos. Por ejemplo, alimentos fuertemente sazonados serán mejor maridados con cervezas de similar fuerza y cuerpo; aquellos platillos que sobre-carguen el paladar, con cervezas que le den frescura y limpieza, y sabores delicados con aquellas cervezas claras y suaves.
Pero fundamentalmente, el mejor maridaje es aquel que atiende aquella motivación de nuestra propia individualidad. Como la música, el maridaje tiene su mejor desarrollo cuando se convierte en una expresión misma del comensal. Partir de una receta, seguir pasos, atender consejos, pero disfrutar del momento y hacerlo de acuerdo a los gustos propios. En la medida en la que ello se realice, se logrará una bien concertada y grata variedad entre alimento y bebida, que harán de la experiencia gastronómica una feliz combinación.
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Para mayores informes sobre la CANICERM, les recomendamos visitar su sitio web: canicerm.org.mx
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