Aunque suene a discurso barato y trillado, la guerra nunca deja nada bueno, si no, pregúntenle a Rusia y sus líderes, esto por su decisión de invadir a Ucrania el año pasado, con todo el dolor y sufrimiento que ello ha generado a ambos lados de este conflicto y en el cual a los rusos nos les ha ido como ellos habían pensado. Pues bien, además de lo anteriormente mencionado, este país gobernado por Vladimir Putin ha tenido que enfrentar una serie de consecuencias de carácter económico, con muchas compañías retirándose del país, ya sea por presión o bien por no convenir a sus intereses de negocio (McDonald’s cerró el año pasado sus cientos de restaurantes en Rusia, por ejemplo).
Ahora fue el turno de Heineken , quien por fin completó su salida del mercado ruso, que había anunciado y comenzado en el 2022, vendiendo su operación a una empresa rusa, cuyo giro es la manufactura de latas de aerosol, cosméticos y artículos para el hogar. Sí, leyeron bien, a eso se dedican los compradores de las plantas y redes de distribución que hasta ahora pertenecían a la cervecera holandesa; esta empresa rusa se llama Arnest Group, por si estaban con el pendiente.
Después de un largo proceso de meses, esta transacción ha recibido todas las aprobaciones requeridas por el consejo de administración de la cervecera holandesa y concluye el proceso que inició en marzo de 2022 para salir de Rusia, sellando oficialmente la venta a Arnest por la gran cantidad de ¡un euro!, incurriendo en una pérdida acumulada total esperada de 300 millones de euros, según datos oficiales del mismo Heineken. Ouch!