Simplemente, una chelita.

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Just One Beer es una extraña pero bastante elaborada cerveza y un proyecto de Ilustración aplicada a mercadotecnia, surgido del trabajo final de unos alumnos de la Universidad Politécnica de Valencia [UPV],  de la licenciatura en Bellas Artes y Diseño.

Esto fue una tarea normal, para poder pasar de semestre. El proyecto consistía en el desarrollo conceptual y visual de una nueva marca de cerveza y toda la merch posible pa’ poder venderla. Cuando uno estudia, no hay tantos lineamientos que seguir ya que uno es su propio cliente, lo digo porque yo también estuve en las aulas de una universidad estudiando Diseño Gráfico y Artes Visuales; esto permite dejar volar la imaginación para lograr cosas que  tal vez muchos propietarios de marcas dirían un rotundo ¡NO!, pero pues para uno y sus compañeros es: ‘¡Se ve bieeeeen perrón, así déjalo!’.

Lo genial de este proyecto escolar tan pintoresco, es que The Just One Beer Company, podría ser la primera y única fábrica de cerveza artesanal en la región de Valencia, por allá en España donde vive y trabaja Andrés Guardadeeee. Estos chavales dicen ofrecer una elaboración de chelita bajo condiciones inigualables tanto en temperatura como calidad de todos sus ingredientes, brindando pequeñas cantidades, en cuanto a producción, de cerveza artesanal exquisita para garantizar siempre cheve ‘recién salidita del horno’.

La receta de estas cervezas es común y especial a la vez, según sus creadores, ya que comienzan eligiendo los mejores y más comunes ingredientes para elaborar cerveza añadiendo un montón de amor y un poquitín de magia; esto hace, según ellos, terminar embotellando cervezas con carácter, frescura y sabores inimaginables.

A ellos les gusta juntar hermosas parejas, funcionales y verdaderas, como la de Mr. Beer con Mrs. Rose, con Mrs. Ginger, Mrs. Mint o Mrs. Honey. Esto me suena como a un Mauricio Garcés de la cerveza, lo cual, a juzgar por estas películas, debe ser una excelente opción. ¡Arrrrroz! 

Para Franziska Böttcher y sus secuaces de la uni, no es sólo el hecho de hacer cerveza y venderla sino crear un lubricante para conversaciones con el que la gente pueda unirse y celebrar la vida, con orgullo, convicción y humor… osea, pasarla padre mientras nos echamos una de Mr. Beer con la señorita Honey o alguna de sus morritas…

“Para los amantes de la buena cerveza le ofrecemos la oportunidad de elegir una cerveza diferente a los tradicionales, ya que: No es sólo una cerveza. Es más. No se trata sólo de beber cerveza sólo por beberla, sino hacerlo por la amistad. Just One Beer ha sido creada para ser amada, no para ser entendida. Y honestamente: ¿Alguna vez han salido por ahi para tomarse ‘Just One Beer? ¡Salud!” – Franziska Böttcher

Está bien interesante este proyecto, esperemos ya haya visto la luz el primer batch de la mezcla de estos jóvenes universitarios y yo, ahi les dejo de tarea probar estas chelitas por demás artesanales y si la encuentran… ¡Pues mochilas!

¡Salud!
 – Herr Playmo von Freuschland

@capitanudillos

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La cruz del campo que nació en Sevilla.

Con el clásico “Gambrino” en su etiqueta roja, la Cruzcampo es fácilmente reconocible por los españoles.

Después de dejar un rato en paz a las cervezas originarias de la Madre Patria, esta ocasión en The Beer Daily nos tocó probar una de las marcas más conocidas en España; hablamos de la Cruzcampo Pilsener, producto de la Cervecería Cruzcampo, empresa fundada en Sevilla en el año 1904 por la familia Osborne y que ahora forma parte del grupo cervecero global Heineken.

Cruzcampo -llamada originalmente “Cruz del campo”– es una marca con mucho arraigo en España, sobre todo en la región de Andalucía,  y cuenta con varios tipos de cervezas en su portafolio, tales como la Glacial, la Shandy, la Gran Reserve y ésta que reseñamos hoy, la Cruzcampo Pilsener. Como pueden imaginarse, esta cerveza tipo Pilsen es de una apariencia bastante dorada, con un contenido de alcohol por volumen moderado (4.8%). Esta Cruzcampo Pilsener la probamos sirviéndola en un vaso -Pilsen, obvio- para ver qué tanta espuma producía, y bueno, aunque no fue sobresaliente, al menos cumplió, dejando un par de dedos de ésta, la cual duró alrededor de dos minutos en el vaso, eso sí, sin dejar trazas de ésta en el Pilsen.

En el tema de aroma, esta cerveza quedó a deber;  al ver su hermoso color dorado, esperábamos que su aroma estuviese a la altura de su apariencia, pero realmente éste resultó casi nulo, si acaso se pueden notar por ahí ciertas sensaciones frutales pero muy por encima. El sabor de esta cerveza tampoco es espectacular, yo lo describiría como un sabor “genérico” de las cervezas pilsener de bajo costo -para estándares europeos, aclaro-, con cierta acentuación a granos en sus notas y un aftertaste amargo, pero del tipo que podría yo clasificar como no muy placentero, digamos mas bien como “metalicón”.
El cuerpo de esta cerveza es un poco más ligero que el de las cervezas Pilsener alemanas, checas u holandesas típicas, sino que más bien presenta mayor similitud con sus contrapartes americanas, con un grado de carbonatación medio,  lo cual no es necesariamente malo, sobre todo si buscas una cerveza que puedas estar tomando en climas cálidos; quizás esto tenga que ver con sus orígenes geográficos, al considerar las altas temperaturas de los veranos en el sur de España.

En general, la Cruzcampo no es la mejor cerveza Pilsener que hemos probado, digamos que aunque no esperábamos que fuera una joyita, si creíamos que ofrecería un poco más. Si la ves por ahí, y eres de carácter curioso, pruébala para que te generes tú mismo una opinión, pero si no, te diríamos que la dejes pasar y busques por ahí otras opciones españolas, como la San Miguel, por ejemplo.

En México, esta cerveza la puedes encontrar en  tiendas especializadas como Lúpulo, The Beer Box y a veces en algunos súpermercados como H-E-B.

¡Salud!
TBD

fotos: ©Carlos Leal JIménez

Mahou, con M de Madrid

Una madrileña clásica: Mahou

Si hay una cerveza que la gente asocia con la capital española, es la Mahou, producida por la casa cervecera Mahou/San Miguel, empresa que surgió a raíz de la fusión de las dos principales cerveceras españolas hace algunos años.

 

La Clásica, reconocible por sus tonos verdes/oro

La cerveza que presentamos en este post es la versión “Clásica” de la Mahou, fácilmente distinguible de la más popular Mahou Cinco Estrellas, por su etiqueta en tonos verdes con dorado. Pero además de su cromática en el diseño de su imagen, hay otras marcadas diferencias con respecto a estas dos Mahou: la Clásica contiene 4.8% vol. contra un 5.5% vol. de la Cinco Estrellas. Además, el sabor y textura de la Mahou Clásica son ligeros en comparación de su hermana menor (Mahou Clásica nació en 1890, mientras que la Cinco Estrellas se produce desde 1969). Otra diferencia, comercialmente hablando, es su precio: la Clásica es considerada una cerveza de categoría estándar en España, la Cinco Estrellas, es una cerveza SemiPremium.

Compramos unas de estas Mahou Clásicas en la cadena de supermercados H.E.B.de Monterrey para probarla (no en todas sus tiendas la manejan)  y la verdad es una cerveza rubia con cuerpo normalito que no es mala, pero tampoco pudieramos definir como excelente, en mi personal punto de vista es una de esas que entran en la categoría de “cervezas refrescantes”.

Una de las ediciones especiales con la imagen del Real Madrid

Como dato adicional, la marca Mahou es uno de los sponsors del Real Madrid, así que no esperes recomendaciones de esta bebida por parte de algún catalán de hueso colorado.

¡Salud!

>>Chuck

foto ©Carlos Leal Jiménez